París, Londres, Tokio, Roma… Ciudades maravillosas hay muchas, pero estaremos de acuerdo en que ninguna ejerce una fascinación mayor que Nueva York. Conocemos sus calles y su ambiente casi de memoria y apuntamos con el dedo hasta sus característicos taxis amarillos. Sus rascacielos nos dejan con la boca abierta y cruzar el puente de Brooklyn o pasear por Central Park se convierten en experiencias casi vitales.
¿Por qué nos ocurre esto? Muy sencillo: en parte, por la grandiosidad de esta ciudad, que se refleja hasta en sus sobrenombres: la Gran Manzana, la ciudad que nunca duerme o, en el cómic, Gotham o Metropoli. Pero también porque la hemos vistos cientos de veces en el cine o en nuestras series favoritas, y cuando realmente podemos tocarla con nuestros dedos sentimos una extraña familiaridad con ella.
En mi caso, pisé por primera vez Nueva York hace más de un lustro, y desde entonces no he dejado de visitarla. Creo que nunca me cansaré, porque es una ciudad inagotable que siempre te da algo nuevo. Hay mil excursiones en Nueva York: un tour que te saque de lo convencional podría llevarte por los graffitis de Queens, el South Bronx y Crown Heights, en Brooklyn. Si eres primerizo no querrás dejar de lado el barrio más glamouroso de la ciudad, Manhattan, donde se agolpan los rascacielos y puedes disfrutar de lugares míticos como la Quinta Avenida, Harlem, el Soho o Central Park.
En las próximas líneas voy a darte algunas pistas que pueden ayudarte a que disfrutes a tope de esta ciudad de ensueño.
Los imprescindibles de Nueva York
Si es tu primera vez en Nueva York, hay lugares que no puedes dejar de visitar:
- Empire State: nada menos que 102 plantas y una altura de 381 metros tiene este edificio icónico, que fue el más alto del mundo desde 1931 hasta 1972. Una cosa que quizá no sabías es que la propia ciudad de Nueva York fue conocida durante mucho tiempo como Empire State. Dicen que el origen de este sobrenombre está en una carta remitida por el presidente George Washington al alcalde de Nueva York en 1785, en la que elogiaba la resistencia de los neoyorquinos en la Guerra de la Independencia. Washington denominaba a la ciudad como «the Seat of the Empire». Años después, un periódico recuperó el término, y denominó a Nueva York como «la Roma de América, la ciudad del imperio del Nuevo Mundo».
- Times Square: la plaza de Times Square es el símbolo del Nueva York más cosmopolita. Volvemos con los sobrenombres: si Nueva York es la ciudad que nunca duerme, lo es en gran parte por esta plaza atiborrada de luces y estímulos visuales de todo tipo, donde la vida parece transcurrir a toda velocidad. Es cierto que el apodo se hizo famoso gracias a la canción que popularizó Frank Sinatra «New York, New York», pero si quieres comprobarlo, qué mejor que darte una vuelta por Times Square.
- La Quinta Avenida: esta es la calle más famosa y una de las principales arterias de Nueva York. Parte de su fama la debe al glamour de algunas de sus tiendas, entre las cuales destaca la mítica Tiffany’s & Co, inmortalizada para el cine en Desayuno con Diamantes. Desde hace unos años, ya es posible cumplir el sueño de Holly Golightly (Audrey Hepburn) y desayunar en esta increíble joyería, que ahora tiene una pequeña cafetería denominada The blue box Café: toda su decortación está inspirada en el tono azulado de la marca.
- La Estatua de la Libertad: es, probablemente, el monumento más famoso de Nueva York, todo un símbolo de libertad política e independencia. Obra del escultor Augusthe Bartholdi (con diseño interior de Gustave Eiffel), fue un regalo realizado por el pueblo francés a Estados Unidos en 1886 para conmemorar el centenario de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos. Nueva York la colocó en la isla de la Libertad, al sur del Hudson, y si ha alcanzado su estatus mítico es, precisamente, por acompasarse a la perfección con su valor simbólico: la Estatua de la Libertad era la primera visión que tenían los inmigrantes europeos al llegar a Estados Unidos tras su travesía por el océano Atlántico.
Wall Street, el memorial del 11 de septiembre, Central Park… Podría seguir contando mil cosas sobre lugares míticos de Nueva York, pero quiero también contarte alguna recomendación más personal, fruto de mis viajes a la ciudad.
Dónde comer: de la comida callejera a las delicatessen de Katz’s
Ya he escrito en más de una ocasión que, contrariamente a lo que podamos pensar a priori, Nueva York no es una ciudad cara. Hay restaurantes para todos los bolsillos, y si quieres comer por poco dinero, es perfectamente posible.
Lo más típico es comer en la calle en los míticos puestos de perritos calientes y pizzas. Mis zonas preferidas son Chinatown (comida china), Little Italy (comida italiana) y Times Square (comida americana).
Si vamos a lo concreto, te aconsejo que te atrevas con la cena con espectáculo en el Ellen Stardust Dinner de Times Square, una cafetería ambientada en los años 50 con una larga carta de clásicos americanos y unos camareros que cantan, ¡y muy bien! Si eres un cinéfilo de pro, te sugiero visitar Katz’s Deli, la bocadillería donde Meg Ryan fingió (o no) un orgasmo en Cuando Harry encontró a Sally. Lleva abierta desde 1888 y sirven unos deliciosos bocadillos de Pastrami. Si eres de hamburguesas, Burger Joint y Jackson Hole son tu lugar.
Y una última recomendación: he hecho esta pequeña guía con el ánimo de que te sirva, pero Nueva York es una ciudad que te dejará boquiabierto a cada paso. Toma de la guía lo que quieras, pero déjate llevar por la ciudad más fascinante del mundo: no te arrepentirás.